
LA ARMADURA DE DIOS
Lee con nosotros EFESIOS 6 : 10 - 13
"Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza. Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo. Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes. Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes".
1. ¿Por que necesitamos la Armadura de Dios?
En nuestro caminar con Dios, nos vamos a enfrentar en la vida a muchas batallas espirituales y digo "batallas" porque la guerra ya fue ganada por Jesús en su resurrección. Una de las cosas que el enemigo trata por todos los medios es siempre traer desánimo, angustia y confusión. Es por eso que necesitamos entender que nuestra lucha no es con nuestro hermano ni con una iglesia determinada. Nuestro enemigo común es el diablo, y la Biblia dice que el anda como león rugiente buscando a quién devorar. Es po eso que necesitamos seguir el orden de lo que el Apóstol Pablo nos enseña en estos versículos.
a) Fortaleceos en el Señor y en el poder de su fuerza:
PROVERBIOS 20:18 dice: “Afirma tus planes con buenos consejos; entabla el combate con buena estrategia”. Esto significa que la victoria no depende de nuestras fuerzas o mérito alguno. Nuestra VICTORIA dependerá de cuánto nosotros nos fortalezcamos en el Señor y en el poder de SU fuerza, no la nuestra. Dios es INVENCIBLE y TODOPODEROSO, satanás es un copión, que siempre quiso piratear la obra de Dios. El es el padre de mentira, ladrón, el príncipe de este mundo y el acusador de los hermanos, así que cuando el venga a recordar tu pasado, toma autoridad en el nombre de Jesús y recuérdale su futuro, porque el ya está vencido.
b) Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podaís estar firmes contra las asechanzas del diablo:
Pablo dice que nuestra lucha no es contra sangre ni carne. Siempre recuerda los 3 NO ES del enemigo:
- Satanás NO ES omnipresente. Dios si lo es. Parece que el diablo estuviera en todas partes, pero el sólo envía a sus principados, a sus potestades o gobernadores para hacernos creer que el está personalmente. Dios si tiene la capacidad de estar en todas partes en vivo y en directo. ¡No te parece genial eso! ¡Gloria a Dios!
- Satanás NO ES omnisciente. Esto quiere decir que el no puede saber lo que tu piensas. ¿Te doy un secreto? Cuando ores, sobre todo por algún plan o propósito en el cual tu esperas buenos resultados, no hables, clama con todo tu corazón y tu mente, pero no digas nada aún. De esta forma el diablo quedará ¡plop! ante tu clamor, porque el no es omnisciente. ¡Dios SI LO ES! El, aunque tu no digas nada, sabe y conoce tus pensamientos y las palabras incluso ante que las pronuncies. Incluso el sabe cuantos cabellos tenemos en la cabeza. ¡Dios todo lo sabe!
- Satanás NO ES todopoderoso. El nunca fue creador de nada, sólo falsificador. El último requisito para ser un Todopoderoso como Dios, es que tu hayas sido un creador primero. Dios creó los cielos y la tierra, y todo lo que en el hay como dice Génesis, satanás no es creador de nada nuevo. Fíjate que siempre los pecados son los mismos, porque el no es todopoderoso. ¡Dios SI LO ES!
Por último, quiero decirte que esta armadura no es externa sino interna.
Las grandes luchas y tentaciones no se ganan afuera si no primero en el corazón.
Es por eso que Santiago 4: 1 dice: ¿De dónde vienen las guerras y los pleitos entre vosotros? ¿No es precisamente de las pasiones que luchan dentro de ustedes mismos? Es por eso que la armadura del cristiano parte en siempre en el corazón. ¡Dios tiene un arsenal de armaduras esperando por nosotros!! Es por eso que:
La oración te fortalece.
La Adoración te fortalece.
La Palabra te fortalece.
El congregarse te fortalece.
Vamos a orar y ponernos en acción porque este tiempo, es un TIEMPO DE BENDICIÓN y no vamos a permitir que el enemigo siga ganando terreno y robando lo que es nuestro.
Para terminar lee con nosotros el Salmo 33: 16 al 22.
"No se salva el rey por sus muchos soldados, ni por su mucha fuerza se libra el valiente. Vana esperanza de victoria es el caballo; a pesar de su mucha fuerza no puede salvar. Pero el Señor cuida de los que le temen, de los que esperan en su gran amor; él los libra de la muerte, y en épocas de hambre los mantiene con vida. Esperamos confiados en el Señor; él es nuestro socorro y nuestro escudo. En él se regocija nuestro corazón, porque confiamos en su santo nombre. Que tu gran amor, Señor, nos acompañe, tal como lo esperamos de ti".
Que Dios te bendiga esta semana.
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